Es curiosa la idealizaci n de este libro: de un lado, el esp ritu Jacintho, enamorado, deseando construir un monumento en honor de su amada, actualmente encarnada. Del otro, el m dium Luiz Carlos Carneiro, con la posibilidad de hacerle alcanzar su objetivo. Est n en sinton a, ya que ambos, so adores, traen en s la vena del sentimentalismo portugu s.
Las confabulaciones se intensifican para finalmente concertar el regreso en el tiempo, sacando a la luz a dos amantes - Diogo lvares Corr a, conocido como Caramuru, y su amada Paragua u, as se recuerda una p gina de la historia de Brasil, en "Bahia de Todos los Santos e Todos los Pecados", con la coautor a del mediador que tambi n vivi en las bellas regiones brasile as.