Su ?ltima ense?anza: nunca conf?es en nadie
La llamada la despert? a medianoche. Elba Esther contest? inquieta, del otro lado de la l?nea los secretarios de Hacienda y Gobernaci?n insist?an en verla: las negociaciones con el sindicato hab?an llegado a un punto muerto y el presidente deseaba que se reunieran. La recorri? un mal presentimiento, sab?a que podr?a ser una trampa, pero no le quedaba otra opci?n. Al d?a siguiente, abord? el avi?n privado que la esperaba para llevarla hasta Toluca, de ah? viajar?a hacia la capital para desayunar en Los Pinos. Tan pronto toc? tierra, dos oficiales la arrestaron por corrupci?n.
Esta es una obra de ficci?n, no obstante, las muertes de periodistas y pol?ticos, la desigualdad social, las mafias, el narcotr?fico, la impunidad y la corrupci?n son tristemente reales.